Desde que dejó de ser hormiga
no puede encarar ningún espejo,
se acojonó al ver en torno a él
el negro engullendo a todos esos
monigotes que él iba tachando.
Intentó volver a dibujarlos
pero sobre el negro no hay color
y no había blanco ni tenía
de quién extraerlo ni tampoco
a quién preguntar.
Porque alrededor el negro, no otro.
no puede encarar ningún espejo,
se acojonó al ver en torno a él
el negro engullendo a todos esos
monigotes que él iba tachando.
Intentó volver a dibujarlos
pero sobre el negro no hay color
y no había blanco ni tenía
de quién extraerlo ni tampoco
a quién preguntar.
Porque alrededor el negro, no otro.
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